Beniouarain
Las alfombras Beni Ouarain, muy apreciadas mundialmente por su elegancia y la sobriedad de sus
dibujos, proceden de diecisiete tribus bereberes que en el siglo IX se instalaron en el Atlas
medio, al sur del Rif, en una región de ricos pastos, pero gélida y aislada. Son gruesas
alfombras de lana que los bereberes utilizaban como camas y como mantas para abrigarse en las
noches de invierno, pues vivían en tiendas tradicionales en la zona más fría de África.
En la actualidad, las mujeres bereberes Beni Ouarain siguen tejiendo estas alfombras en sus
telares ancestrales, que han resistido al paso del tiempo gracias al aislamiento de las tribus.
En muchos casos, la confección de alfombras es la única fuente de ingresos de las tejedoras,
quienes tardan varias semanas en elaborar cada uno de sus preciosos tapices.
El éxito de las alfombras Beni Ouarain reside principalmente en dos aspectos: su sencillez y su
grosor. Las alfombras Beni Ouarain se confeccionan por lo general sobre un fondo blanco cruzado
por estilizadas líneas castañas o negras que forman rombos y otros dibujos geométricos. Se trata
siempre de lana sin teñir cuyos tonos naturales realzan el mobiliario de la estancia que visten,
tanto en ambientes clásicos como en decoraciones modernas. Por otra parte, el grosor de estas
alfombras suaves y mullidas las hace muy atractivas y tremendamente agradables al tacto.